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domingo, 18 de mayo de 2014

Pescando en la frontera. El río Mente

10277833_289824257840340_8805606794208610988_nEl paso del tiempo es implacable y ya no me subo al coche con la presteza que en tiempos pretéritos para descubrir lugares. Sin duda me he acomodado, y esto conlleva que toda trucha que nade en aguas a más de una hora de mi domicilio hace que me replantee muy mucho el acudir a su encuentro.
Cuando días atrás empezaron los whatsapps de Carlos de que tenía que acudir a su río, secundados por llamadas cuasi rogatorias, empecé a colocar sobre la balanza los pros y los contras. Contras casi todo se centraba en los 180 Km que nos separan y que el camino es todo por carretera convencional, en las que cada vez me encuentro más incómodo desde que “pesqué” un jabalí. Asimismo era perder dos días con la posibilidad de hacer alguna chapuza por casa y luego, entre medias una escapadita para ir pescar ahí al lado.
En el otro platillo se colocó el gusto que me produce la emoción de descubrir un río nuevo. Es algo que me llena, vadear unas aguas que nunca he pescado, el encanto de lo desconocido. Ese desconocimiento se cierne sobre el río, aunque no se puede aplicar al punto de destino, Veiga do Seixo,
DSC03630 un pequeño pueblo perteneciente al Concello de Riós donde ya había acudido en varias ocasiones, siempre con el telón de fondo de la caza. En esta ocasión el motivo principal era la pesca y pescar.
Me encontré de pronto dentro de mi coche cruzando el Chamoso, Neira, Sarria, Mao, Cabe, acompañando al Lor hasta su entrega al Sil, remontando este, ora en sus rápidos debajo de las múltiples presas que cortocircuitan su fluir, ora en su quietud impuesta por Maese Kilovatio… En A Rúa abandono la cuenca del Sil para adentrarme en el Macizo Central Ourensano, una carretera con unas vistas espectaculares, con Cabeza de Manzaneda presidiendo majestuosa desde su corona de nieves todo el camino, y al otro lado de la carretera, en la distancia, nos observa Pena Trevinca, guardando con celo las tierras castellanas. Toda esa belleza obligatoriamente se ve cercenada por la atención que precisa la conducción, pero invita al disfrute y a parar a lo largo del camino a contemplar ese paisaje que nos embelesará allá donde miremos
DSC03606Como protagonistas dentro de este decorado se haya Carlos. Un tipo que es inclasificable, es… simplemente Carlos. Desde que nos conocimos años ha, no ha perdido la capacidad de sorprenderme siempre; de hacer un día sí y otro también alguna de las suyas, de liarla o liarme, y como veremos más adelante, esta vez tampoco fue una excepción. Le he visto dar con una brillante solución a algo aparentemente irresoluble, o de emborricarse en un más difícil todavía en vez de ir a lo práctico. Por el contrario Silvia, su mujer, ejerce de perfecto contrapunto; es la pausa y, como dicen los franceses, el savoir faire. Capaz de arreglar cualquier asunto y permitirnos disfrutar a los demás de la jornada.
Es además una buena pescadora y una excelente pintora, y para muestra, el chaleco de pesca de Carlos donde figura una ilustración de una trucha que hace de él un chaleco único (y al pescador mejor de lo que en realidad es, je, je…) No logramos convencerla, a pesar de nuestra insistencia, que debería pintar más, porque no llega a estar convencida de la calidad que atesoran sus pinturas, y eso que todos hemos alabado sus obras, pero nada, ni caso.
La señora Julia es la madre de Carlos. Es espontánea, extrovertida y siempre con un par de besos y un abrazo esperando por mí. Es un poco la figura de la abuela que ya no tengo, mujer que se hace querer y justifica por sí sola la visita
Por último hay unos preciosos epagneuls bretones, pues no en vano Carlos y Silvia, crían los perros del afijo Veiga de Alecrín, mimando con esmero y dándoles una ración generosa de cariño a estos bretones, que así lucen luego, portando el carácter de esta tierra: el esfuerzo y el trabajo en el monte. No soy imparcial ni pretendo serlo; mi perra Bruma nació allí y su afijo así lo atestigua. Tiene la belleza de la tierra que la vio nacer, hermosa, pura, para nada lineal sino con el contorno de los montes que conforman los valles en esta tierra. Con una mirada clara, serena y penetrante, recordando el horizonte que vemos en cualquier atardecer despejado desde la cima de un cerro cualquiera que nos permite adentrar la mirada al vecino Portugal. Mirada de la que emana la generosidad y el cariño de sus gentes.
Es salir de la autovía y conducir por la estrecha carretera y acrecentar las ansias por estar allí. Diez kilómetros más y engarzado entre cerros, delatado por el humo blanco de las chimeneas y vestido con el verde de sus prados será la señal de que hemos llegado. Lugar que posee el lujo de ser un oasis ausente de ruidos, aunque no de sonidos. En este mundo globalizado que vivimos, es reconfortante salir a la puerta de casa, ver el cielo lleno de estrellas brillando con un fulgor inusitado, engarzado en el rumor de las aguas cantarinas del cercano río y el sonido grave de la lechuza apostada en un árbol cercano extendiéndose por todo el valle. Es salir y conducir por la estrecha carretera y alegrarse mi espíritu. Algo tiene que tener de mágico este lugar.

 

El protagonista. El Río Mente

En las estivaciones de los montes do Invernadoiro, ya en su vertiente del Duero surgen una serie de pequeños cauces que conforman el Río Mente, que poco a poco va tomando cuerpo recibiendo diversos aportes bajando hacia tierras del concello de Riós para a la altura de Veiga do Seixo compartir frontera durante un buen trecho con el vecino Portugal, luego se adentrar en ese país manteniendo ese carácter de frontera administrativa, ahora ya no entre España y Portugal, sino entre los departamentos de Vila Real y Bragança hasta entregar sus aguas al río Rabaçal después de un recorrido de unos 57 Km. El Rabaçal a su vez, cerca de Mirandela, se unirá al Tuela conformando el Tua, que entregará sus aguas al Duero, o mejor dicho Douro, no lejos de Vila Real. Queda así conformado como vertiente del Duero nuestro protagonista.
DSC03618La primera decisión fue conocer este río en su parte totalmente española, justo en el límite superior del tramo libre sin muerte, y como dije, la capacidad de inventiva de Carlos nunca dejará de sorprenderme; una vez colocado el wader, botas, chaleco caña, etc. me da un casco y me dice que vamos a ir a pescar en el quad. No pongo foto porque mi sentido del ridículo me lo impide, pero muy favorecido con ese atuendo no estaba. La imagen era de cromo, vestido de pescador de mosca, un casco, dos cañas a modo de lanza y dos personajes en el quad. Eso sí, la polivalencia de este vehículo permite adentrarse por las trochas por los montes  hasta dejarnos justo a pie de río y ahorrarnos una buena caminata. El río serpentea entre montañas con la sensación de estar en naturaleza, en algo sin presencia humana, salvo impresionantes muros adosados a la montaña que antaño permitían el tránsito de animales
La primera vista fue un pozo largo y diviso una cebada, ¡a por ella!. Cual no fue mi sorpresa una vez colocado el aparejo de ninfas que el río era mucho más profundo de lo que parecía.
DSC03624Es un río en esta parte de una anchura media de unos diez metros, con pozos y orillas con tiro y profundas, salpicado de peñas que rompen la corriente del agua. DSC03609
Tiene también una abundante vegetación de ribera. Me recordó mucho a un pequeño Navia, o incluso un Valcárcel. Río típico de montaña con pendiente acusada, brioso remansado en pequeñas presas, o ligeramente frenado por algún árbol caído
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El ansia por mostrarse de las truchas en esa fase del día no fue excesivamente colaboradora.DSC03611 Toques sí, pero sin mucho afán. Al final llevé a la mano cuatro truchas pequeñas, y una mayor se me fue en la pelea, en la que esta pieza luchó bravamente por su libertad, demostrando el motor que atesoran, bravas, acordes al entorno. A pesar de ser mediados de abril, se intuía que una vez que las aguas bajen dos cuartas el entorno para pescar a seca es maravilloso, de esos lugares que ante nosotros se disponen cien lances a cada cual mejor y más prometedor, como bien me lo confirmó Carlos al corroborar que su táctica predilecta es el tándem.
Después de batallar contra las chorreras, un paseo de vuelta para irnos a comer y por la tarde, literalmente, estuvimos pescando en la Raia, en plena frontera. Yo diría incluso que los pies estaban pisando territorio español y las ninfas escudriñando rincones portugueses.
Bajamos como un kilómetro debajo de Veiga do Seixo y de nuevo, en un paraje montaraz y bastante agreste se mantenía la misma configuración del río, rabiones, pozo, rabión. Aquí ya empezaron a salir truchas de mayor tamaño que proporcionaban una lucha feroz, resistiéndose a tocar la tela de la sacadera. DSC03626Impresionantes los profundos pozos que existen en esta zona, labrando las lajas de las orillas, me recordaba un poco la configuración del alto Sella. Invitaba a incrementar la atención en el tránsito, para nada fácil, pues un resbalón supondría cuando menos un buen remojón. Cómodo para transitar solamente he visto la zona aledaña al pueblo y el tramo libre sin muerte.
El Mente proporciona de vez en cuando piezas de mérito, y lo cierto es que visto el porte de algún pozo no es de extrañar ya que defensa y comida tienen. Sí es cierto que ha visto menguada de manera sensible (en esto me remito a los comentarios de Carlos y otros vecinos) su población de barbos, antaño notable y de buen tamaño desde la apertura de la autovía das Rías Baixas. Otro aliciente sin duda.
En resumen, no es un destino “eslovaco” donde contabilizar un montón de truchas, pero sí un destino para gozar de un río casi virgen, poco pescado, de aguas frías y cristalinas, en medio de naturaleza y sólo naturaleza. Unamos también la oferta de restauración que tenemos por la zona (A Gudiña), admirar sus cuidados soutos (plantaciones de castaños) y tendremos motivos de sobra para rendirle una visita, de embelesarnos en la esencia de lo genuino.
Ahora me queda otra asignatura pendiente, disfrutar del Rabaçal, adentrándome ya en territorio portugués a mosca seca. Cuando visité el entorno dentro del Parque natural de Matosinho me pareció una preciosidad de río y me quedé con ganas de pescarlo. Silvia, Julia y Carlos seguro que están deseando que me decida a intentarlo.













sábado, 8 de febrero de 2014

Los Codegadgets (parte I)


Lo que verdaderamente me gusta de la pesca a mosca es esa cierta aureola que todos de algún modo tenemos interiorizado.Un pseudo concepto de “pescador renacentista” que perseguimos todos. Al igual que un aspirante a Leonardo o Miguel Ángel intentamos ser el pescador total; buen pescador, lanzador, montador, entomólogo, biólogo, etc.… con lo que tenemos campos en abundancia para no aburrirnos y estar siempre progresando, ora en el montaje, ora en el lance, etc. Cada uno por su camino y otros como yo intentando tocar todos los palos, para no descollar en ninguno. Y es que en ese intento de ser pescador total, se suele generar un flujo importante de información compartida entre los practicantes; que si este hilo, que si la ninfa gasolina, la tienda de ese lugar impronunciable a la que compramos material, que si en este río hay unos pepinos alucinantes… ¿a que nos suena esto? Logramos así que nuestro método de pesca sea mucho más entretenido, con divertimento en los preliminares y con mucha más posibilidad de interactuación entre miembros practicantes que, por ejemplo, un pescador a cebo, que el desarrollo es prácticamente el mismo desde tiempo inmemorial.IMG_1064
Podemos argumentar que la pesca a mosca ha existido toda la vida, eso es innegable, pero entiendo que el boom en su popularidad viene de algún modo asociado a Internet, donde hemos visualizado videos (quién no conoce por ejemplo, a David Mcphail, Mel Krieger, Joan Wulff), participado en chats, lecturas de webs de pesca, compras online que nos han permitido acceder a cualquier material en cualquier lugar del mundo, etc. En resumen, muchas veces sí nos han aportado conocimientos muy útiles, y en el debe, cuántas veces también nos han llenado la cabeza de pájaros y las cajas de unos materiales que ni sabemos para qué los podemos utilizar.
Aún reconociendo los beneficios de la Red, sin duda lo más divertido, amén de lo mas simple y lo más eficaz, siempre ha sido quedar con un colega  o un grupeto (y si puede ser con una cervecita fresca cerca mejor)  y que, de primera mano, alguien te enseñe ese puñetero lance curvo o como colocar los cercos que siempre se nos han resistido a quedar en el plano perfecto respecto a la tija del anzuelo. En ese compartir experiencias en el arte de la pesca a mosca con mi colega Codeseira,  que estos días que hemos quedado en alguna que otra ocasión para hacer unas ninfas para la temporada venidera, me presentó dos novedades para la confección de imitaciones, y que yo pretendo compartir con los lectores del blog. Al intercambiar unos whatsapp me dijo Code que ya tenía tema para una nueva entrada, la respuesta fue inmediata ¡sí, los Codegadgets!. Pues bien, uno es de hardware (parte I) y el otro será de software (la parte II).
Vamos con el primero, pero antes de proseguir con la presentación del mismo, he de deciros que se trata de un aparato, que cuando lo vio un compañero de trabajo, que no es pescador, me dijo sin poder disimular su asombro:
- Pero, eso que tienes ahí , ¡me dices que es para hacer moscas!¿estás de coña, verdad?
Y es que los pescadores a mosca somos unos Macgyver’s. Cualquier objeto le vemos una utilidad oculta, y todo nos vale para algo.
Los hechos se desarrollaron de la siguiente manera. Nosotros los perdigones los barnizamos con barniz UV. Code siempre anduvo dando vueltas a como secar los perdigones de una manera rápida y eficaz. Probó con un detector de billetes, y luego con la típica linterna UV. Este año por algún lado leímos lo de los punteros láser (el internet y la pesca a mosca…) y los compramos para probar. Como yo andaba muy atareado molestando a las becadas, fue él el encargado de probar dichos punteros. Me llamó para decirme que no le veía gran mejora con respecto a la linterna.IMG_1075 Ahí se quedó el tema, hasta que dos días después recibo un correo diciéndome que se había comprado un secador de uñas para manicura de gel, que en realidad es una lámpara UV. Ni que decir tiene que me dejó perplejo, aunque su razonamiento estaba claro y era contundente, el puntero son 5W y esta lámpara son 36W. Si esto no seca las ninfas, y si no es al sol, que por cierto en Galicia llevamos meses sin saber que es eso, no sabemos ya con que secarlo.





Y este es el aparatejo en cuestión y la vista una vez cargado.
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Y como no hay nada mejor que probar uno mismo, ayer estuve testando el artilugio en cuestión con una prueba práctica.
IMG_1070Barnicé 32 ninfas que tenía confeccionadas y guardaban paciente espera del barnizado en un disco Kumihimo (de los de hacer pulseras). A cada una le fui aplicando con un alfiler una capa de barniz UV y una vez extendido esta capa, le daba un linternazo para que el barniz no se deformara (mas o menos unos 20 segundos de linterna) y mantuviese la forma cónica moldeada anteriormente
Cuando tuve barnizadas y con el linternazo correspondiente las 32 ninfas, pasé el disco al interior del secador de uñas, y cinco minutos más tarde las ninfas estaban listas.
He de decir que para que la luz rebotara y no perder ni un solo rayo de luz UV, en la boca del secador puse un papel de aluminio que aumentaba la reflexión de la luz.


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Mi impresión ha sido muy favorable, con las ninfas con una apariencia de secado y de consistencia del barniz muy superior al que lograba con la linterna. De haber sido el caso, estas ninfas servían perfectamente para ir inmediatamente con ellas al río.
Los inconvenientes es que el disco Kumihimo es el tamaño grande y entraba justo, es recomendable usar el tamaño pequeño o uno rectangular para que quepa perfectamente.
En resumen, me parece muy buena idea, pero si tenemos hechas una buena cantidad de ninfas y barnizamos una o dos docenas juntas. no lo veo útil si hacemos una o dos ninfas solamente, creo que es una herramienta para montar moscas en serie, ya que en cinco minutos de cocción, si están confeccionadas casi tendremos lista otra media docena para meter en el secador. También es un aparato que ocupa su buen espacio, cuestión nada desdeñable en el maremágnum del montador, y aunque el precio no es elevado (20-25 euros) sí lo veo más práctico comprar uno y compartirlo entre varios compañeros. Al fin y al cabo una tarde barnizando y secando ninfas daría para secar muchas
Con todo, a este primer Codegadget le diremos que prueba superada, no es mal invento, ni muchísimo menos.

domingo, 4 de agosto de 2013

El viaje de un principiante

Autor: Juan Carlos Ferreiro Fernández

una truchaLlevaba años queriendo hacer un viaje de pesca; y éste, por fin, me decidí. Un grupo de amigos que se autodenomina Pescos sen Fronteiras me invitó a acompañarles en el viaje que iban a efectuar a Austria y Eslovenia. Alberto, Caruncho, Roberto y Santi ―pescos experimentados en truchas europeas―, Jesús ―viajado por muchos países― y yo ―virgen hasta el matrimonio―, conformaríamos la expedición. Grupo variopinto donde los haya, en el que la risa fue el denominador común. Anécdotas como “pasito pasito”, “amigos de la nave del misterio”, “la malladora”, “recargar pilas”, “los ojos de Miss Zala” y muchas más, difícilmente se perderán en el olvido.
A primeros de año empezamos a planificar nuestro viaje. En un primer momento se barajaron diferentes propuestas: Chile, Laponia y Europa Central polarizaban nuestras preferencias. Organizar un viaje para 6 personas con trabajos, situaciones familiares y fechas disponibles totalmente diferentes, da bastantes quebraderos de cabeza, pero tras muchas idas y venidas a mediados de febrero pudimos tenerlo todo bien atado. Como buenos gallegos ayudó bastante el tremendo cocido que nos metimos entre pecho y espalda en Lalín.
Decidimos pescar cuatro días en Eslovenia y tres en Austria. Los ríos escogidos habían sido el Sava, Sava Bohinjka, Sava Dolinka y Radovna en el primer país, y el Kleine Drau y Vellach en el segundo. Para ello contactamos con personal de (http://www.faunabled.com/) en Bled, al que los Pescos sen Fronteiras ya conocían de un viaje anterior, y con el dueño de la Pensión Wute en Austria (http://www.familienerlebnis.at/). A éste no lo conocíamos, por lo que había un cierto aire de aventura en el país alpino. En ambos casos solicitamos alojamiento y zonas de pesca para 6 personas en ríos no repoblados, o en cursos de agua donde la repoblación fuese mínima.
El día 29 de junio amanecería como uno de los mejores de mi vida. Cumplía 44 años, había buena música en el coche, y ya veía en el horizonte el viaje soñado desde hace muchos años.
Llegamos a Vigo y, tras los oportunos saludos, la consabida declaración de intenciones y demás, partimos hacia el aeropuerto. Facturamos el equipaje ―por cierto, nos clavaron 60 aurelios por el cañero que llevábamos― y tomamos el avión para enlazar en Madrid con el vuelo que nos llevaría a Venecia.
Quisimos asegurarnos el éxito del viaje, y aunque perdimos demasiado tiempo en los enlaces ―4 horas en Barajas―, conseguimos que todo el equipaje viajase con nosotros. Esa larga espera la pasamos inspeccionando las cajas de moscas de Jesús, y no creáis que nos sobró mucho tiempo.
Una vez llegados a Venecia, nos desplazamos en coches de alquiler hasta la localidad de Bled, Eslovenia; un trayecto que se recorre en dos horas y media.equipo
Llegamos al lodge a las 3 de la mañana y nos metimos en la piltra, que al día siguiente empezaba “la guerra”.
 

LA PESCA.


Desglosaré el viaje en tres fases diferentes:

 

1ª fase: El Summun.


Decidimos iniciar nuestro primer día de pesca en el tramo de Sava Bohinjka que gestiona el States Fisheries Institute. Para recoger los permisos fuimos a la tienda de pesca de Bled. En ella se encuentra todo lo necesario, aunque a un precio alrededor de un 20% más caro que en España. Eso si, prácticamente todo es marca Simms, así que en caso de problema toca “desembolsar largo”. Matej, su empleado, os pondrá al corriente del estado de los ríos, las mejores zonas de pesca, los alojamientos, los restaurantes, os mostrará las fotos efectuadas el día anterior por los guías que tienen contratados, y resolverá las dudas; todo ello con un spanglish muy logrado.
muchas truchasNos dirigimos al inicio de un tramo de pesca sin muerte. Cada corriente, cada tabla, cada pozo estaba lleno de truchas y de tímalos. Una vez encontrada la imitación necesaria, lanzar, clavar y luchar es lo que te espera durante el resto de la jornada. Fue un día espectacular, en el que para asegurarme de que miento diré que saqué más de mil truchas. Bueno, puede que fueran dos o tres menos. Y el sereno… Oh, my God!... Creo que soñaré toda mi vida con él.
El segundo día decidimos ir al Radovna. Si el entorno del Sava lo creía inigualable, me equivocaba: siempre hay algo mejor. Es un río más torrentoso, con muchísimas posturas diferentes y con una cantidad de peces igualmente espectacular. La librea de sus truchas comunes es la más bonita que haya visto nunca. Si bien el tamaño era algo inferior a las del Sava, sacamos muy buenos y bellos ejemplares. Creo que pesqué otras mil truchas… radovna
User commentsEl tercer día regresamos al Rio Sava Bohinjka, en las cercanías de Bled; en este caso al recorrido que tiene en su parte central un tramo trofeo (100 €). No creo que sea necesario visitar este tramo trofeo, visto lo que nos encontrábamos en el resto del río.
Aquello fue un calco del primer día. Además ―permitidme que me vanaglorie―, saqué a ninfa vista “la madre de todas las truchas”: un truchón arco iris que pasaba de largo los 70 centímetros y estaba gorda como un cachalote. ¡Bufffffffff…!
El cuarto día repetimos el tramo del States Fisheries Institute, y como mi ego estaba “algo subido”, decidí pescar casi toda la jornada a pez visto, centrándome más en las tablas lentas y en los pozos. Este día creo haber bajado un poco de los mil peces.

 

2ª fase: La decepción del engañado.

El quinto día nos levantamos temprano y nos fuimos a Austria. Tras alojarnos y sacar la licencia y permisos, nos dirigimos al río Vellach, donde nos repartimos el coto en tres tramos a fin de pescarlo por parejas. Para no extenderme, diré que tanto dicho río como el Kleine Drau son “una m…”. Pocas truchas, un elevadísimo número de ejemplares repoblados y tímalos sin fuerza me han llevado a tal afirmación. Como colofón diré que nos vino a controlar un vigilante que no podía creerse que hubiéramos venido desde España a pescar en esos ríos. Era la estocada que nos faltaba, así que anulamos la reserva y al día siguiente volvimos a Eslovenia.

 

3ª fase: El regreso a lo cotidiano.


El sexto y séptimo días volvimos a pescar en el tramo del Sava Bohinjka States Fisheries Institute y en el Gran Sava, en la zona donde confluyen el Sava Bohinjka y el Sava Dolinka. Como en los días precedentes, hubo peces a mansalva.

 captura santi

LOS RIOS.

El Sava Bohinjka: es un precioso río con unas aguas espectacularmente cristalinas. De color verde esmeralda, dirían unos, o de color azul turquesa, dirían otros. Es en todo caso un río magnífico, bordeado por grandes graveras que las lugareñas utilizaban para ponerse a tomar el sol.
iPhone 2225Aquí puedes encontrarte todo tipo de escenarios de pesca diferentes. Es un río fácil de pescar a mosca, y en muchísimas ocasiones podrás pescar a pez visto. La ausencia obstáculos ―tanto dentro como fuera del agua― ayuda mucho a lograr la captura.
El Sava Dolinka: no pudimos pescarlo porque iba muy alto.
El Sava Radovljica o Big Sava: nace de la confluencia de los dos anteriores en el lugar de Radovljica. Es un río anchísimo y despejado, con unas características similares al Bohinjka. julio 02
El Radovna:
radovna afluente del Sava Dolinka, es el típico río de montaña con aguas tan cristalinas como heladas, donde en cada postura puedes encontrarte con una sorpresa. Sus truchas comunes salvajes son las más bonitas que he visto.
trucha comun radovna
El Vellach: afluente del rio Drau, es un típico río alpino que en su zona inferior va moderando su pendiente. En muchos tramos estaba muy bajo de agua y con una total falta de obstáculos que permitiese a los peces el poder resguardarse.
El Keine Drau: es un canal del rio Drau que ha sido naturalizado mediante la colocación de obstáculos que hacen que el agua discurra de forma sinuosa. Tras recorrer aproximadamente un kilómetro de río, sólo vi 10 truchas, y 8 de ellas estaban en la misma postura.

 

LAS ESPECIES.

arco iris savaSalvo en Austria, pudimos ver muchos peces y de muy buenos tamaños. Eran habituales las truchas de más de 30 centímetros. Las kilonas, bikilonas, trikilonas, etc… eran muy numerosas. 
 
timalo grandeLos tímalos eran más pequeños, aunque también sacamos algunos ejemplares de más de 40 centímetros. Diré que aparte del tímalo, la trucha arco iris ―¡cómo tira la cabrona!― predominaba sobre la común. Encontramos trucha común repoblada, cuyo número iba disminuyendo a medida que avanzábamos hacia los tramos altos de los ríos. La repoblación era mucho mayor en Austria que en Eslovenia.

 

 

 

LAS MOSCAS.

Durante los preparativos del viaje mis compañeros me comentaban que las moscas que utilizamos en España eran las mismas que iban a pescar en Eslovenia, y aunque yo tenía mis dudas, he de reconocer que eso es cierto. Aunque haya una gran densidad de peces, no penséis que entran a cualquier cosa; y la presentación, como en todas partes, es muy importante. Hubo momentos en los que he tenido que bajar hasta un 0,10 para poder sacar truchas de buen porte.
trucha con ninfaLas ninfas: la ninfa negra y la Pheasant Tail que Jose ha puesto en el blog, así como el perdigón cocacola, me dieron un gran resultado. Las bolas de tungsteno, grandes y preferiblemente de color plata. Tampoco hay que desdeñar las ninfas de plecóptero en un tamaño generoso, sobre todo en zonas de corriente fuerte. También probé las ninfas que hicimos en la entrada del caleidoscopio, aunque he de decir que los experimentos más vale hacerlos en casa y con gaseosa. Cayó alguna loca, pero es mejor utilizarlas para brincar que no para el cuerpo. En todo caso, los brillos las vuelven loquitas.
Las ahogadas: ¡qué vergüenza: no sé pescar con ellas! Sin embargo, han dado muy buen resultado a mis compañeros.
Las secas: emergentes y efémeras, preferiblemente en cul de canard. Sin olvidarnos de las hormigas, diábolos, griffith gnat, Su Majestad la Red tag, etc, etc.
Lo dicho: lo mismo que en España. Cada una tuvo su momento y su lugar.
El estrimer: ¡agárrense los machos!

 

CURIOSIDADES.

En el tamaño de las truchas notamos una curiosa falta de ejemplares de entre 20 y 25 centímetros.
Existe la guardería. Todos los días fuimos controlados por ella. Incluso tienen un grupo de 5 guardas para “espantar” a escopetazo limpio a los cormoranes.
Vimos a unos domingueros pescando a cola de rata con una boya (de mosca ahogada) atada al final del tippet. ¿Se les caería el bucle?
Con el barullo que montábamos en el río ―nuestro sigilo, como buenos españoles, brilló por su ausencia―, no se acercaba ningún pescador a nuestra zona de pesca.
Los permisos son carísimos ―entre 39 y 59 €―, aunque, visto lo que se pesca, no sé que decir.
Aquello no es Galicia: no hay una tasca en cada pueblo.
¡Cómo están las mujeres eslovenas…!
 

LAS CUENTAS.

Siempre es lo más doloroso, pero no queda otra.
Avión: 250 €.
Alquiler del coches:160 €.
Alojamiento: 243 €.
Cotos: 365 €.
Licencia austríaca:6 €.
Otros gastos: 336 €
Total:1360 € por persona.
Para que luego digan que una buena gestión de pesca no produce dinero.

 

LAS SENSACIONES.

Negativas: el episodio de Austria, donde considero que hemos sido engañados por el dueño de la Pensión Wutte; la rotura de tres cañas y la pérdida de unas gafas polarizadas.
Positivas: un entorno inigualable; el agua cristalina; la cantidad de pesca; un buen lodge; el asesoramiento de Matej; la compañía de los Pescos sen Fronteiras y de Jesús, y la cena en Austria ―no todo iba a ser malo en este país―.
Por cierto, no hicimos turismo. No da tiempo.

Colegas de pesca

He creado esta nueva sección en el blog. Como bien dije al principio se trata de reflexiones e ideas que van surgiendo en jornadas de pesca. 
Pero hay veces que estas jornadas se acompañan de los colegas pescadores, que hacen que nos tomemos la pesca en otra faceta, ya no estamos en silencio elucubrando si un trico o una efémera, una ninfa o un escarabajo, sino que nos da tiempo a charlar de lo divino o lo humano, de ver como pesca, en definitiva a compartir.

También puede ser un camino recorrido por otros de acortar el tránsito hacia algo, de saber en definitiva qué nos encontrados al doblar el recodo del río, simplemente porque nos dejamos llevar por la experiencia del compañero, o más bien diria del colega, porque este sutil matiz marca la diferencia entre el estar pescando con al estar cómodo pescando con. 

Es mucha la gente a la que le debo mi aprendizaje, y muchos con los que disfruto de lances junto a ellos, compartiendo moscas, hilos, escenarios, en definitiva la pesca en sí. Para ellos, lo mismo, que cuando quieran echamos unas varadas juntas, es esta sección.

Me complace también que Code, (Juan Carlos Ferreiro) me haya obsequiado, y por ende a todos los que leen mi blog, a relatar sus impresiones en su primer viaje fuera de nuestras fronteras, de cómo lo ha vivido, dado que yo no he cumplido con este anhelo, pero la lectura me ha servido para crearme una idea de lo que puede llegar a ser.

 Gracias igualmente a Santi Fraga por aportarme fotos para ilustrar gráficamente lo que Code ha escrito.
¡Muchas gracias, colegas!