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viernes, 28 de febrero de 2014

Construyendo una estantería para el material de montaje ¡El daño que me ha hecho Bricomanía!

 
IMG_1213Enésimo intento de revelarse ante lo imposible. Es como mi particular recreación del mito de Sísifo, en su condena de portar infinitamente la roca montaña arriba, para que cuando se llegase a la cima, cayese rodando y vuelta a empezar. Lo mismo me ocurre a mí. Ante el ímprobo trabajo de ordenar mi mesa de montaje acontece que al montar, ora un trico, ora un perdigón, echo mano de los materiales necesarios y nunca jamás vuelven a su sitio que les tengo asignado, por la peregrina excusa de si mañana sigo montando la misma mosca ya estarán los materiales encima de la mesa, o simplemente, por dejadez. ¿Resultado? Pues que mi mesa de trabajo, no muy grande por cuestiones de espacio disponible, es un totum revolutum donde pierdo más tiempo buscando que montando moscas.
El asunto más peliagudo estaba siendo últimamente los hilos. Repartidos aleatoriamente por unas cajas, cuando no ocultos por cualquier material en la mesa que impide la localización de ese tono de hilo deseado, cuando no es la ausencia de lo que buscamos que quien sabe donde andará.
Había pues que ponerse manos a la obra y discurrir algo. Un pequeño expositor que me permitiese intentar mantener un mínimo orden al menos. Serían pues, mis necesidades de orden y de espacio las que iban a condicionar el devenir del modelaje este mueble.
 

Premisas para el diseño

  • La primera premisa era elaborar algo donde colocar las bobinas de hilo, y con cierta capacidad.
  • Para mí también es sumamente importante tener un acceso visual rápido a las mismas para localizar con facilidad lo que busco.
  • Que se me adaptara a una esquina de la mesa de montaje
  • Que fuese funcional, con cierta adaptabilidad

La idea

Con todo ello mi idea es un estante de tres alturas dispuesto en escalera, donde poder situar mediante unos elemento verticales a modo de portacanillas las distintas bobinas. Si cada una de esas alturas la situamos no fija, sino encajada en la anterior lograremos un todo o poder portar un estante sólo, dos, etc. Es decir, la ansiada modularidad.
Ya tengo en mente la idea. Vamos a plasmarla
 

Los materiales

  • Un listón de madera de pino de 2500x60x22 mm comprado en un centro de bricolaje cualquiera. Su coste fue 4,95 €
  • Dos cajas de pernos de madera de 6x10 (1,20 €)
  • Un paquete de tacos de fieltro para muebles ( 0,60 €)
  • Un paquete de palos para brochetas (0,80 €)

 

Herramientas

  • Sierra de calar, que era lo que disponía, pero será más recomendable una circular o aún mejor de mesa
  • Taladro
  • Lijadora
  • Broca del seis
  • Broca del cuatro
  • Cola de carpintero
  • Escuadra
  • Un lápiz

 

Dando forma

Comenzamos por cortar las piezas que vamos a necesitar
Marcamos con la escuadra y cortamos tres piezas de 35 cm de largo que serán los estantes ( A )IMG_1089IMG_1086
pieza a
A continuación dos piezas de 18 cm que serán las bases ( B )
Pieza BLuego dos piezas de 12 cm que será la base del segundo nivel ( C )
pieza C
Por último, dos piezas de 6 cm que serán las bases del tercer nivel (D )
PIEZA D
 
Este sería el desglose
IMG_1092Lo primero vamos a configurar los módulos que formarán la pieza.
Como norma general, los agujeros donde irán los pernos irán a una distancia estándar de 11 mm del borde corto y a 15 mm del borde largo de la pieza y serán realizados con la broca del seis.
Cogemos las piezas ( A ) y con el taladro hacemos dos agujeros en cada costado para colocar los citados pernos de madera. Realizaremos dos agujeros a 1,1 cm del borde corto y a 1,5 y 4,5 cm del borde largo

 

 

Primer módulo

primer moduloIMG_1096
Las piezas B irán en posición vertical. Haremos cuatro agujeros en su parte superior. Dos corresponderán a donde encaje la pieza A y los otros dos serán para encajar la pieza C.IMG_1094 Los agujeros a practicar en las piezas B serán entonces a medio canto (11 mm) a 15mm, 45 mm, 75 mm y 165 mm A continuación introducimos los pernos en los agujeros con una ligera imprimación en su mitad inferior con cola de carpintero para fijarlos a la pieza B.
A continuación ponemos en su lugar la pieza A, en cuyos agujeros hemos depositado un poco cola, y uniendo la pieza A a las dos B ya tenemos el primer módulo realizado.

 

 

Segundo módulo

MODULO 1 Y 2Vamos ahora con las piezas C. Los agujeros irán en la parte inferior y superior. En la inferior para unir al módulo realizado realizaremos los agujeros a una distancia de 15mm y a 105 mm
En la parte superior realizaremos cuatro agujeros a 15mm, 45 mm, 75mm y 105mm. Idéntico procedimiento al seguido con anterioridad. Colocamos y encolamos los pernos, la pieza A y tendríamos el segundo módulo confeccionado. Comprobaremos que encaja perfectamente en el módulo anterior.

 

Tercer módulo

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Agujereamos en la pieza D a 15 mm y a 45 mm tanto abajo como arriba. Colocamos y encolamos los pernos de la manera descrita al igual que la pieza A que faltaba por colocar en su lugar y tenemos el tercer módulo listo.
 
IMG_1109Comprobamos que encaje y tendríamos ya confeccionado el armazón. Ahora es cuestión de ser un poco pacientes y dejar secar la cola. Mejor continuar otro día. 

 
 
 
 
 
IMG_1105Al día siguiente lo primero que hago es lijar el conjunto incidiendo especialmente en los cantos de las maderas al efecto de achaflanar los bordes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Colocando las guías portabobinas

Empezamos ahora de arriba hacia abajo
Sobre la pieza A del tercer módulo decido colocar la mitad de la superficie para bobinas de hilo tipo Gliter, Uni, etc. La otra mitad para bobinas tipo gutterman.
modulo 3Procedemos a marcar la “zona gutterman”. Dejo un margen de 8 mm sobre el borde y con un espaciado de 15 mm entre cada agujero hago los sitios correspondientes donde irán insertados los palos de brocheta, con esto logramos 44 espacios para colocar bobinas de gutterman. Con el taladro y una broca del cuatro realizamos los agujeros correspondientes. Una vez realizados paso la lijadora y lijo la tabla
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Como los palos de las brochetas son excesivamente largos para cortarlo envuelvo un grupo (unos diez palos) y doy unas vueltas de cinta americana para facilitar el corte a la distancia deseada (aproximadamente unos 8 cm).



IMG_1117Una vez cortados los encolamos un poco (utilizo un recipiente con cola, en este caso un tapón de una botella de leche) y coloco los palitos a ojo de buen cubero, buscando una correcta alineación
La otra mitad trazo dos líneas a 15 mm de cada borde. Y comienzo a distribuir los agujeros con una distancia entre ellos de 30 mm alternando los palos entre ambas filas, esto es, los agujeros los haré en una fila a 15, 45, 75, 105, 135, 165 y la otra a 30,60, 90, 120 y 150 mm. Corto los palos a una distancia de 90 cm y coloco de la manera descrita. Módulo listo
 
 
 
El segundo procedo como en el apartado interior. En una fila los agujeros irán a 15, 45, 75, 105, 135, 165, 195, 225, 255, 285, 315, 345 mm y la siguiente a 30,60, 90, 120, 150, 180, 210, 240, 270, 300 y 330 mm.
MODULO 2 CON PALOS 
Como he colocado 34 canillas para bobinas y 42 para gutterman, decido que el último módulo no lo taladro, esperando buscarle en algún momento alguna posible utilidad, o de necesitarlo taladrarlo para poner más canillas. De momento ha quedado intacto, aunque me sirve para colocar cual estantería cajas de anzuelos.
Coloco los módulos encajando uno sobre otro. Ya tengo el mueble colocado
PIEZAS MONTADAS

 

IMG_1144Una última aportación

Como me ha sobrado un trozo de listón de madera, en concreto un trozo de 61 cm, pienso que si al primer módulo le acoplo a ras de suelo dos trozos, uno al frente y otro en el costado puedo ampliar la zona de trabajo, e incluso el lateral colocar las pequeñas herramientas, como igualadores, tijeras, anudador, etc.
Pues corto dos trozos, uno de 35 cm, similar a las piezas A, y otro para acompañar al lateral y a este nuevo acople, es decir, tiene que tener 180 mm de la pieza B, más la anchura del nuevo listón A, 60 mm es decir, una largura total de 240 mm
PIEZAS ADICIONALESPara el primer acople realizo esta vez no en el fondo de la pieza sino en el canto estrecho largo dos agujeros para colocar dos pernos, los ya famosos agujeros a 11 mm de alto y a 15 del borde, con su correspondiente opuesto en el módulo.
pieza de herramientasPara el otro acople realizo tres agujeros, el primero será a 30 mm, a 75 y a 225mm y los consabidos pernos. Para la unión realizamos los tres agujeros opuestos, uno en el punto medio de la pieza tipo A, y los otros dos en el lateral del módulo que hemos realizado, a 15 mm de cada extremo y a 11 mm de altura. Este última pieza le realizo una serie de agujeros, uno con una broca de pala del 30 para los igualadores de pelo, dos con broca de pala del 14 para los igualadores de pluma, y el resto agujeros con brocas del 8 y del seis.  
y este sería el resultado final
pieza final IMG_1146
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Como he dicho al principio, en pos de encontrar la mayor funcionalidad se aprovecha el interior. El espacio interno me permite guardar por ejemplo las cajas de moscas sin que me cueste espacio extra.
 
 
Por último y para evitar el contacto directo entre el mueble y la mesa de montaje procedo a colocarle unos fieltros en las bases del módulo A y de los acoples
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Y ¡Voilà! Listo para tener los hilos ordenaditos.
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Seguro que alguna cosilla se me irá ocurriendo para ir mejorando el mueble, como en la fórmula 1, se preparará alguna evolución sin duda. La última idea que me está rondando es preparar en el acople del fondo unos avellanados para situar unas cabezas doradas para que no rueden y se me caigan al suelo, pero eso está todavía en proceso de maduración
Animaros a que, si os gusta, utilicéis las pautas que aquí os expongo, sobre todo para que las Maquinas de reñir no nos vuelvan a regañar por tener la mesa como una leonera.





















































sábado, 8 de febrero de 2014

Los Codegadgets (parte I)


Lo que verdaderamente me gusta de la pesca a mosca es esa cierta aureola que todos de algún modo tenemos interiorizado.Un pseudo concepto de “pescador renacentista” que perseguimos todos. Al igual que un aspirante a Leonardo o Miguel Ángel intentamos ser el pescador total; buen pescador, lanzador, montador, entomólogo, biólogo, etc.… con lo que tenemos campos en abundancia para no aburrirnos y estar siempre progresando, ora en el montaje, ora en el lance, etc. Cada uno por su camino y otros como yo intentando tocar todos los palos, para no descollar en ninguno. Y es que en ese intento de ser pescador total, se suele generar un flujo importante de información compartida entre los practicantes; que si este hilo, que si la ninfa gasolina, la tienda de ese lugar impronunciable a la que compramos material, que si en este río hay unos pepinos alucinantes… ¿a que nos suena esto? Logramos así que nuestro método de pesca sea mucho más entretenido, con divertimento en los preliminares y con mucha más posibilidad de interactuación entre miembros practicantes que, por ejemplo, un pescador a cebo, que el desarrollo es prácticamente el mismo desde tiempo inmemorial.IMG_1064
Podemos argumentar que la pesca a mosca ha existido toda la vida, eso es innegable, pero entiendo que el boom en su popularidad viene de algún modo asociado a Internet, donde hemos visualizado videos (quién no conoce por ejemplo, a David Mcphail, Mel Krieger, Joan Wulff), participado en chats, lecturas de webs de pesca, compras online que nos han permitido acceder a cualquier material en cualquier lugar del mundo, etc. En resumen, muchas veces sí nos han aportado conocimientos muy útiles, y en el debe, cuántas veces también nos han llenado la cabeza de pájaros y las cajas de unos materiales que ni sabemos para qué los podemos utilizar.
Aún reconociendo los beneficios de la Red, sin duda lo más divertido, amén de lo mas simple y lo más eficaz, siempre ha sido quedar con un colega  o un grupeto (y si puede ser con una cervecita fresca cerca mejor)  y que, de primera mano, alguien te enseñe ese puñetero lance curvo o como colocar los cercos que siempre se nos han resistido a quedar en el plano perfecto respecto a la tija del anzuelo. En ese compartir experiencias en el arte de la pesca a mosca con mi colega Codeseira,  que estos días que hemos quedado en alguna que otra ocasión para hacer unas ninfas para la temporada venidera, me presentó dos novedades para la confección de imitaciones, y que yo pretendo compartir con los lectores del blog. Al intercambiar unos whatsapp me dijo Code que ya tenía tema para una nueva entrada, la respuesta fue inmediata ¡sí, los Codegadgets!. Pues bien, uno es de hardware (parte I) y el otro será de software (la parte II).
Vamos con el primero, pero antes de proseguir con la presentación del mismo, he de deciros que se trata de un aparato, que cuando lo vio un compañero de trabajo, que no es pescador, me dijo sin poder disimular su asombro:
- Pero, eso que tienes ahí , ¡me dices que es para hacer moscas!¿estás de coña, verdad?
Y es que los pescadores a mosca somos unos Macgyver’s. Cualquier objeto le vemos una utilidad oculta, y todo nos vale para algo.
Los hechos se desarrollaron de la siguiente manera. Nosotros los perdigones los barnizamos con barniz UV. Code siempre anduvo dando vueltas a como secar los perdigones de una manera rápida y eficaz. Probó con un detector de billetes, y luego con la típica linterna UV. Este año por algún lado leímos lo de los punteros láser (el internet y la pesca a mosca…) y los compramos para probar. Como yo andaba muy atareado molestando a las becadas, fue él el encargado de probar dichos punteros. Me llamó para decirme que no le veía gran mejora con respecto a la linterna.IMG_1075 Ahí se quedó el tema, hasta que dos días después recibo un correo diciéndome que se había comprado un secador de uñas para manicura de gel, que en realidad es una lámpara UV. Ni que decir tiene que me dejó perplejo, aunque su razonamiento estaba claro y era contundente, el puntero son 5W y esta lámpara son 36W. Si esto no seca las ninfas, y si no es al sol, que por cierto en Galicia llevamos meses sin saber que es eso, no sabemos ya con que secarlo.





Y este es el aparatejo en cuestión y la vista una vez cargado.
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Y como no hay nada mejor que probar uno mismo, ayer estuve testando el artilugio en cuestión con una prueba práctica.
IMG_1070Barnicé 32 ninfas que tenía confeccionadas y guardaban paciente espera del barnizado en un disco Kumihimo (de los de hacer pulseras). A cada una le fui aplicando con un alfiler una capa de barniz UV y una vez extendido esta capa, le daba un linternazo para que el barniz no se deformara (mas o menos unos 20 segundos de linterna) y mantuviese la forma cónica moldeada anteriormente
Cuando tuve barnizadas y con el linternazo correspondiente las 32 ninfas, pasé el disco al interior del secador de uñas, y cinco minutos más tarde las ninfas estaban listas.
He de decir que para que la luz rebotara y no perder ni un solo rayo de luz UV, en la boca del secador puse un papel de aluminio que aumentaba la reflexión de la luz.


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Mi impresión ha sido muy favorable, con las ninfas con una apariencia de secado y de consistencia del barniz muy superior al que lograba con la linterna. De haber sido el caso, estas ninfas servían perfectamente para ir inmediatamente con ellas al río.
Los inconvenientes es que el disco Kumihimo es el tamaño grande y entraba justo, es recomendable usar el tamaño pequeño o uno rectangular para que quepa perfectamente.
En resumen, me parece muy buena idea, pero si tenemos hechas una buena cantidad de ninfas y barnizamos una o dos docenas juntas. no lo veo útil si hacemos una o dos ninfas solamente, creo que es una herramienta para montar moscas en serie, ya que en cinco minutos de cocción, si están confeccionadas casi tendremos lista otra media docena para meter en el secador. También es un aparato que ocupa su buen espacio, cuestión nada desdeñable en el maremágnum del montador, y aunque el precio no es elevado (20-25 euros) sí lo veo más práctico comprar uno y compartirlo entre varios compañeros. Al fin y al cabo una tarde barnizando y secando ninfas daría para secar muchas
Con todo, a este primer Codegadget le diremos que prueba superada, no es mal invento, ni muchísimo menos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Bricoleando

Creo que una vez llegado a esa edad en que si me cruzo con un pescador joven en el río y me pregunta qué tal se me está dando, me lo pregunta ya en tercera persona, singo inequívoco que mi juventud ya ha quedado atrás. Entonces como ya no estoy para muchos cambios en mi personalidad, uno que ya doy por perdida la batalla es guardar un orden de los objetos. Admiro a las personas ordenadas, pero es algo que me supera, superior a mis fuerzas, pura impotencia. Mis amigos que han visto el maletero de mi coche darán fe… no falta de nada, porque hay cualquier elemento de pesca esparcido por cualquier rincón del espacio del maletero. Lo único positivo, si un día se me olvida algo, siempre podré encontrar moscas, hilo, un carrete, calcetines, etc. que me sacará de algún olvido, posibilitando continuar la jornada de pesca.
No tenía por que ser diferente. Mi mesa de montaje es una montonera de donde desaparecen por arte de magia el anudador cuando más falta hace, la pinza aparece justo cuando busco la tijera, y que hará el porta bobinas debajo de la careta de liebre cubierta esta por un manojo de Kristalflash…
Pues el tema de las herramientas esparcidas por la mesa le he puesto hoy solución. ¡y de manera fácil y rápida!
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Un simple taco de madera, que ayer le sobró al carpintero que me colocó unas puertas de un armario en casa, le realicé unos agujeros con el taladro, y ¡voilá! las herramientas perfectamente colocadas. Solamente me ha fallado que para colocar el igualador de pelo necesito hacer un agujero con una broca de pala del 26 (mínimo) y la más grande que disponía era del 24.
Salvo ese impedimento técnico, he quedado muy satisfecho del orden de las herramientas que obtengo ¡y empleando apenas cinco minutos en realizar el bricolaje!

jueves, 14 de marzo de 2013

El último capricho (por el momento). Flextec Streamtec 10ft #3

Desde que pasa un cierto tiempo y nos hemos olvidado de los “buenos propósitos” del cambio de año, lo de hacer ejercicio y lo de los cursos de idiomas, los mosqueros tenemos un fantástico sustituto en aquella frase que todos decimos “pues yo este año ya tengo de todo y no me va hacer falta comprar nada”. Frase lapidaria y que en realidad todos coincidimos… pero que nunca realizamos. IMG_0277
Ya sea el vadeador que está barato, el carrete que es una oportunidad única, la línea que las están liquidando y es un chollo o esa caña que es una delicia, el caso es que todos, en mayor o menor medida, acabamos pecando. Pues bien, queda un ingrediente fundamental, que tu colega de pesca se haya hecho con ese fetiche y claro, no vamos a ser menos nosotros. No vaya a ser el demonio que tenga razón y yo me quede al margen. Si nuestro compañero de pesca dice arre, salimos corriendo y si luego nos damos el castañazo nos lo damos pero… no nos vamos a quedar atrás.
Un último ingrediente para esta salsa, las tertulias cibernéticas… nos hablan maravillas de cualquier producto. ¡Claro!, vamos a decir que lo que hemos comprado es una castaña y nos traten de tontos… se dirá cualquier cosa antes que decir eso que me he comprado no sirve para nada, se endulzará con aquello de acción dulce, sensación especial, lo que sea  pero, cómo vamos a reconocer nuestros errores, ¡jamás!.
Al final lo que ocurre es que conseguimos juntarnos con un montón de material acaparador de espacio que no usamos, que incluso ya ni sabemos el propósito de la compra, y que de intentar su venta de segunda mano ni sacaríamos para los gastos de envío, con lo cual, lo dicho, a hacer bonita la estantería. Pero en mi caso, y muchos otros que conozco propósito de enmienda tengo, pero voluntad de cumplirlo poco… y año a año seguimos llenando la estantería de caprichos

El camino

¿Y como llegué yo a caer en la tentación de este año?.
Pues la culpa proviene de mi colega Javi el Loco, que cambió la Xp por esta caña. El año pasado me comentó que trabajaba muy bien las truchas con ella, manejaba los perdigones con soltura y que incluso  pescaba a seca con ella con eficiencia sobrada. Buenas referencias, viniendo además de mi colega, cuya opinión sí la tengo en gran estima, porque Javi va a lo que va, a pescar, sin dejarse influir por marcas, dimes o diretes
IMG_0283Luego Code apareció con una 10 ft #4. Al principio no le cogía el aire, decía que no dominaba las truchas y que no la lograba “arrancar”. Luego fue mejorando su opinión y hoy está contento con ella. Aquí le vi los acabados, francamente buenos y me gustó. También me agradó mucho sacando línea (en el prado) para lances largos, con buena respuesta.
Llegó junio, y para salmón me compré una Flextec Powertec 11 Ft, #8, un cañón, lo mejor que he visto para salmón a ninfa, excelente caña, ligera, puedes estar todo el día pescando con ella a ninfa sin que te resienta el codo, conduce de maravilla las ninfas y con poder de sobra para entablar y ganar la pelea a bichos grandes. Y los acabados bastante buenos, y 70 euros, mucha caña por poco dinero.
Recomendación de colegas, satisfacción de marca, aparece la oferta en eBay… ¿y me iba a resistir? Si llego a ser pez, subo a por la mosca como un cohete. Como no soy pez, en vez de tirarme a la mosca me faltó tiempo para darle al botoncito del Buy it now.

Y cómo es ella

Lo primero decir que viene en un tubo de cordura de color verde, etiqueta en cuero de marca y bordado el modelo del que se trata.
IMG_0278 En el interior funda de tela compartimentada para proteger los cuatro tramos de la caña. Un detalle que no me gusta que el tubo de cordura DSC03262viene con una correa estilo “bandolera”, creo que con un asa de mano para llevar hubiese sido suficiente
La caña presenta un atractivo color diría que marrón oliváceo muy atractivo a la vista. Todo el blank está barnizado no presentando tramos desnudos sin barniz como sí tiene la Powertec. Subjetivamente el venir toda ella barnizada me sugiere “mas consistencia” del blank y se asemeja  a caña de gama “top class”.
La empuñadura de corcho, a simple vista de buena calidad, tampoco le he quitado el plástico pero en un primer vistazo no se ven poros muy marcados.DSC03244 También tengo que decir que tengo una Xp donde no se corresponde ni de lejos el precio de la caña con el corcho de la empuñadura. El portacarretes no me desagrada en absoluto la madera, aunque los herrajes es aluminio y es que, por algún lado tenía que aparecer reflejado el precio de la caña. Cumple suficientemente su misión, pero unos herrajes un grado superior le conferirían a la caña un mejor aspecto. Personalmente me gusta mucho más el portacarretes de la Powertec. Da la impresión de ser “muy plasticurri”
Un detalle que no me gusta de esta caña es la anilla portamosca. DSC03252Particularmente me gusta ese tipo de portamoscas que se sujeta por dos pestañas y que forma un cuadrado a lo largo del eje longitudinal de la caña. La Streamtec monta una anilla monopata que forma un circulo en el sentido transversal. Le veo incómodo este sistema, pero ya aquél portamoscas abatible no me convencía, pues este encima fijo, menos.Punto negativo para este aspecto
La anilla de salida me parece suficiente y el resto de anillas serpentiformes bien alineadas y sin detalles raros.
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DSC03260En resumen, muy bien anillada y alineada, bien barnizada y de color atractivo, visualmente es una caña bonita. Añadimos tubo y funda de una buena calidad y un precio de 100 euros.
No hago mención de su comportamiento porque no la he probado. No me gusta probar las cañas en los “prados”, porque me pueden inducir a errores de apreciación de gran calibre. Me gusta formarme una opinión de las cañas en acción de pesca, porque también necesito que la caña se me acople a mi modo de pescar . Cuando lleve unas jornadas de pesca con ella, ya comentaré como se comporta en el río y con las truchas, este va a ser su tribunal, la que decida si va a ser una gran compañera de pesca o se va a la estantería de adorno. De momento, le cabe el orgullo de ser mi último capricho.

viernes, 1 de marzo de 2013

Trabajo de chinos

No he estado muy activo escribiendo este último mes. Entre el ajetreo de la vida diaria, en la que me he visto sumido en multitud de recados, citas e historias cotidianas que no me han dejado mucho margen de maniobra para cultivar el blog, y el poco tiempo que he tenido pues no he tenido  más remedio que emplearlo en montar moscas, porque, como decía con sorna un amigo que se ufanaba de ser tan franco, que en vez de cebo les ponía en el extremo de la línea un cartelito que rezaba “que pique la que quiera que yo no quiero engañar a ninguna” (o al menos eso decía él). La vida no deja de ser una sucesión de pequeños acontecimientos, y en mi vida de mosquero, el jueves pasado se me presentó de repente una de esas anécdotas que nunca antes me había acontecido y que consiguió que al acostarme a la una de la mañana los ojos me hicieran chiribitas.
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El caso es que hicimos un buen pedido de anzuelos, en concreto fueron cuatro mil doscientos anzuelos entre tres amigos. Solemos juntarnos cuando necesitamos anzuelos, bolas de tungsteno o tenemos un pedido de bastante material. Intentamos aprovechar descuentos y repartirnos gastos de envío, o aprovecharnos de un envío conjunto para que nos salgan gratis los referidos gastos debido al volumen de la compra. Así nos ahorramos unos buenos euros. Los anzuelos que habíamos elegido eran los Maruto D04, a nuestro entender, buenos y baratos, y los compramos a finales de enero. Una faena de la empresa de transporte urgente aquí en España, que, ni se molestaron en intentar la entrega del paquete, ni se dignaron en llamar a pesar de que en el paquete venía especificado el teléfono, una vergüenza, y en este punto rompo una lanza por la profesionalidad del servicio de Correos, los carteros de toda la vida; con ellos al menos hubiesen intentado la entrega, pero volvamos a lo nuestro, el paquete vino a destino, se devolvió y fue preciso que el vendedor volviese a enviármelo, con lo cual, entre dimes y diretes, un mes de retraso casi. Y al abrir el paquete, me llevo la sorpresa de que en vez de venir en bolsas de cien anzuelos venían cuatro bolsas con los catorce todos juntos, ídem 16, 18 y 20.
Así que me vi abocado a contar un montón de anzuelos y  de verdad que me he hinchado a contar. En bastantes ocasiones se me vino a la imaginación el personaje del Conde Drako de Barrio Sésamo, aquél que soltaba sonoras carcajadas al acabar de contar objetos, ¡¡¡claro, hasta diez cuenta cualquiera!!!. Pues risa no, pero otras sensaciones y no placenteras sí que tuve, entre ellas la de mandar todo al carajo, y tratar de ajustar el pedido al peso, o al estilo “vaiche boa”. IMG_0215
Como mi amigo Code estaba “pelao” de anzuelos del 16, y que tampoco me gusta tener “producto” de mis amigos, pues soy bastante despistado, y no vaya a ser que me enredara en otros asuntos y les hiciera la misma faena que la empresa de transporte referida, me puse el jueves por la tarde, nada más recibir el paquete manos a la obra, haciendo grupitos de cinco en cinco anzuelos y contando y empaquetando “pedido” para cada "cliente", doscientos, doscientos, cuatrocientos, cuatrocientos, cuatrocientos, trescientos, doscientos y cien, dos mil doscientos anzuelos contados de cinco en cinco, y envueltos en bolsas que sobraron del cotillón de fin de año, donde se preparan las uvas de la suerte… y ese mismo jueves de madrugada acabé el reparto…
Lo dicho, un trabajo de chinos, pero una anécdota para contar a los colegas echando unas risas ante una cerveza. Ahora, que por si me vuelve a ocurrir, ya me he comprado una fantástica báscula digital de precisión por seis euros con la cuál pesaré diez anzuelos y mediante una simple regla de tres... ¡mandar a la porra al Conde Drako!

sábado, 26 de enero de 2013

El año que viene no voy a pescar nada

No me vengáis a toda velocidad a pedirme ni las cañas ni las moscas… no pienso dejar de ir a pescar y tampoco tengo intención de cumplir el título de la entrada. Leer primero mi desvarío.
Me surge esta reflexión después de un par de jornadas empuñando cañas, y no cañas de mosca precisamente, sino cañas de cerveza, y al final se me viene a la cabeza este resumen, en tono jocoso, pero creo que acertado, porque esta tomando el tema de los arcanos en la pesca una deriva que raya el surrealismo, o creo que definido más correctamente, el papanatismo.
Al parecer, y sabiendo que perseguimos una quimera, todos andamos a la procura del bálsamo de fierabrás, la mosca infalible que nos atraiga a los peces aunque se encuentren aposturados en la orilla contraria, el color imprescindible de la seda a poder ser de los míticos para confeccionar una exhubia sin la cual cual los peces no comen, ese material extranjero de nombre impronunciable imposible de conseguir en cualquier tienda que ha llegado de la mano de los competidores y que ha ganado tal campeonato. ¿y si no estoy dispuesto a seguir esa pauta me voy a volver bolo perpetuamente?

 

Centrando el tema. Las etapas

Tampoco es un tema nuevo, ya que estoy convencido que todos hemos pasado estas fases. Recuerdo que mi primer contacto serio con la pesca a mosca fue en el Club Línea Tensa de Madrid. DSC03208Organizaban un cursillo de montaje que lo impartía un socio que en aquellos momentos tenía una tienda de pesca en dicha ciudad. Recuerdo que me marché con 25.000 Pesetas de las del antes del euro dispuesto a hacerme con todo el material de montaje necesario para aprender a confeccionar moscas. Afortunadamente, resultó ser pescador y colega antes que tendero, y sólo me vendió un torno, un anudador, dos bobinas de hilo de montaje, un portabobinas y una caja de anzuelos. Material más que suficiente para aprender. Si hubiese querido ser un aprovechado, me hubiese colocado lo que tenía a mano y algo más. Proseguí con un ansia de tener todo lo que hiciese falta. Se hicieron habituales las escapadas a su tienda a la par que iba confeccionando moscas distintas y necesitaba nuevos materiales. Tal mosca necesitaba tal material y se compraba, y por si acaso lo parecido. Y de comenzar con una bolsa, tuve que pasar a una caja de herramientas y luego a cajones…
Con la siguiente fase me entró la fiebre del conocimiento. Mis fuentes de información fueron las revistas Trofeo Pesca, Solo Pesca y Federpesca (Dánica vino más tarde) empezaron a aparecer referencias de Gutterman, que luego tendremos unas líneas para ello, que intentamos seguir las fichas de montaje a pies juntillas. Surgió Luego los foros de pesca, las tertulias de Trofeo Pesca y luego Conmosca y aquí sí que ya se nos vino encima la mundial. Se empezó a cruzar información de todo tipo, creando nuevas expectativas… se comenzó la búsqueda del grial de la pesca, que, creo que a lo único que nos ha conducido es a tener los cajones atiborrados de material que en la vida van a llegar al río… y lo malo es que aún seguimos comprando en busca de este mito de la infalibilidad. Me atrevería a decir que este ha sido el común denominador del 99% de los pescadores a mosca; la fiebre consumista de todo tipo de materiales hasta gastar sin darnos cuenta un buen dinero que, con total seguridad, tengamos parado sin darle uso alguno.

 

Los manidos míticos

Quizás fue lo primero que empecé a oír, y la verdad no sé si por suerte o por desgracia no le he prestado atención.
La desgracia fue que cuando empecé en esto de la mosca allá en los esténtores de la década de los noventa, en Madrid que era donde vivía, todavía moviéndose un poco y explorando mercerías aún era posible encontrar buenos hilos de los gütterman “firts class”. DSC03210
Pero en mí se produjo la reacción contraria. Perdí el interés en encontrarlos lo mismo que pierdo el interés en un juego cuando lo logro superar una fase del mismo… lo dejo. Al leer cualquier artículo sobre montaje de moscas aparecían referencias como 603 y números como 300, 431, 900… que no encontraba por ninguna parte y desistí de encontrarlos e intenté sustitutos. No estoy dispuesto a creer que para matar el hambre sea obligatorio comerse siempre unas lonchas de jamón Sánchez Romero, que sin duda, serán muy apetecibles, pero igual un bocata de jamón Eroski blanco nos sacia el hambre. Pues esa es mi teoría. Lo ideal sería el 431, como no lo tengo, tendré que apañarme con lo que encuentre.
Luego la llamada “guttermanía” ha alcanzado unos niveles especulativos que me recuerdan más a la burbuja inmobiliaria que ha desembocado en lo que ahora mismo estamos padeciendo que a un tema piscatorio. Creo que ya no queda una mercería o un sitio que haya tenido hilos sin mirar en toda España y alrededores. Puedo entender lo de la oferta y lo de la demanda, pero, pagar 150 euros por una bobina para hacer moscas yo no estoy dispuesto a ello. Otra cosa será el coleccionista que busque una pieza en concreto para completar la colección pero eso no es pesca.
Me comentaba un amigo que al final de la temporada en León vieron a un pescador y decidieron ver como pescaba y como se enfrentaba a una eclosión, porque “esa pescador tenía los hilos” Al final me comentó que no había sido muy productivo por otras causas, pero yo me cuestiono lo siguiente: ¿Es una trucha capaz de discernir un determinado matiz de tonalidad y no ser capaz de ver el anzuelo y el buruño que hacemos (abdomen y tórax generalmente sobredimensionado y el hackle? Vuelvo al tema del jamón, cualquier imitación nuestra será como una pieza de jamón cocido al lado de un jamón ibérico… a ambos se les llama jamón y una base común (o eso espero) y punto… y sin embargo de vez en cuando echamos mano de una loncha de jamón cocido, porque nos van los ojos a ello...
Y otra pregunta, nos hemos comprado una bobina del mítico 431, y nos estamos encontrando ante una situación de que las truchas están comiendo olivas… pero ¿estamos pescando con un estadio de la mosca adecuado a lo que están comiendo, léase emergente, subimago, imago, spent…? ¿Estamos pescando a la distancia adecuada? ¿Hemos entrado a galope al río moviendo agua, haciendo ruido y espantando todo a cincuenta metros a la redonda? Seguramente prestando atención a lo que nos rodea, actuando y pescando “finamente” lograremos más capturas, porque que yo sepa, enseñando el canutillos de seda donde figura la referencia del color, las truchas no saldrán a verlo sin más. Sí, ya sé que se puede argumentar en mi contra la selectividad de la trucha en ciertos momentos, pero yo me postulo mucho más a favor del indio que de la flecha.

 

La caja de pandora

Así podemos definir lo que pulula por la mesa de montaje y que ya no sé ni qué hacer con ello.
Empecé con los tricos con lo cual me junté con un buen montón de mazos de gallo de León, luego con las efémeras llegaron hilos de seda, rayones, dubbings de todo tipo y color, sintéticos, naturales y rarezas. El otro día me encontré con tiras de Szuannudace que tienen más de una docena de años porque, para ir al Tajo era obligatorio llevar “chochines de peralejos” para al final acabar pescando con hormigas…DSC03215 y ese dubbing milagroso para ninfa que era la bomba… para acabar haciendo perdigones de colorines, y tal como me comentaba el jueves pasado mi amigo Félix esta moda de colorines parece que la pesca se encamina hacia el cubismo.
Luego, plumas de buitre, tinte para teñirlos, acido pícrico, cuando me dedicaba a ser aprendiz de alquimista… para elaborar los tricos con careta de liebre. Miro las cajas de anzuelos, que pululan por la mesa, los hay de todo tipo: grandes, pequeños, forjados sin forjar hasta uno con doble tija en el tórax -me supongo que para hacer ninfas planas- con muerte y sin muerte. En definitiva tantos tipos que no acierto a saber cuál fue el motivo que me impulsó a la compra… las bolas de latón, material que ha sido sustituido por el tungsteno y que ya no utilizamos (y que aún tengo unas cuantas), rayones, sedas, tinseles y materiales que no sé ni para qué utilizarlos.
Al final yo no tengo una caja de montaje, es un museo de materiales olvidados, un cementerio de ilusiones, de esperanzas en tener el Armagedón mosquero…

 

Y la vuelta a los orígenes

Pero es que nos ponemos a pensar y para hacer dos moscas infalibles que para acceder a su ficha de montaje solo nos ha faltado arrodillarnos para que nos dijesen los secretos. Generalmente ni llegaremos a probarlas porque acabamos atando lo conocido, lo que nos funciona, resulta que nos hemos comprado una bolsa de un dubbing que nos daría para hacer quinientas moscas. Resultado, nos queda una bolsa con material para hacer esas cuatrocientas noventa y ocho moscas que no nos acordaremos exactamente cuál era su fórmula de montaje.
Y luego resulta que para pescar siempre cojo más o menos lo mismo, tenemos confianza en las mismas moscas, que generalmente son las de toda la vida, las clásicas, confeccionados con materiales tradicionales: careta de liebre, faisán, culo de pato, gallo de león y algún que otro material más.
Resulta curioso que una de las moscas tremendamente utilizadas, y para mí una revolución en la última década junto a los perdigones, es el bicho, que para su elaboración el material base es una chancla del Carrefour. O el caso de aquella “emergente matadora de ignita” que en los difíciles reos del Llao de Margoyes se salía y que el autor me confesó que el dubbing no me podía decir la marca porque estaba confeccionado con el pelo de una alfombra que encontró en un contenedor. Creo que ya me he cargado la mítica… Los que estáis leyendo habitualmente mi blog habréis podido comprobar asimismo la simplicidad de los materiales utilizados en mis imprescindibles. Rehúyo de sofisticaciones y productos imposibles de conseguir. Afortunadamente, este año he decidido no liarme con los cantos de sirena de nuevos materiales. Hasta ahora sólo he comprado cabezas doradas, anzuelos, lo esencial al fin y al cabo, y como base para montar, unas fibras de faisán y una careta de liebre. Pretendo ir gastando esa ingente cantidad de material, dubings, rayones y otras historias que pueda encontrar por las cajas de material y alrededores, porque ¿hemos probado la estopa de fontanero? Pues tanto quejarnos y tenemos el misticismo delante de nuestras narices.
En resumen, sin los hilos míticos y sin los ultimísimos materiales me parece que el año que viene no voy a pescar nada…